Encendamos un pensamiento hoy para mi alumna y gran amiga Mercedes Pandelés de Uzcudun, que compartió la Escuela de Música por más de 15 años, con un entusiasmo y un amor por el arte que fue mucho más allá de vicisitudes y dolencias.

Mecha era una creadora. Encontró en la música la forma ideal de canalizar todo su potencial poético. Despegó como compositora musicalizando por primera vez un poema de se adolescencia que se convirtió en su primera canción: "LUNA DE ABRIL", que tuve la oportunidad de estrenar en público durante un show en el recordado Café Aristóbulo. A partir de ese momento nunca dejó de
generar canciones. "Pasajero sin retorno" ,"Amore mío", "Sin corazón", "Burbujas", "Las grandes Palabras", "La espera", "Bolero", "Sana y viva", "Matices de Otoño", "Mi viaje", "Como alondras", por sólo nombrar algunas de sus composiciones, en las que tuve la suerte de participar como arreglador, redondeando algún tramo de la letra o simplemente orientando acerca de la armonía más apropiada. Además de tener un don poético muy sensible y depurado, Mecha tenía especial buen oído para pescar melodías sugerentes. Su método consistía en hilvanar unos pocos compases de melodía en el piano con la mano derecha y apenas algún acorde en la izquierda, como idea de armonía. Y sobre esa melodía solía escribir los versos, siempre muy ajustados a la métrica. Pero a menudo, sus melodías superaban largamente sus posibilidades de armonizarlas, y adquirían tal vuelo que yo debía intervenir echando mano a todo el arsenal armónico para completar la composición. Porque su mente creadora con frecuencia iba más allá de sus posibilidades técnicas.
En sus teclados Yamaha y en su piano escribimos no menos de medio centenar de canciones, muchas de las cuales por fortuna fueron grabadas. Especialmente recordada es su participación en "La vida va" una excelente experiencia compartida con Daniel Martinovich, José Luis Azmat en la que mecha aportó parte de la composición y cantó en dos estrofas. La canción salió al aire por Radio LU24 y el público aplaudió y se manifestó de inmediato por los teléfonos de la emisora por el mensaje de esperanza.
Sus últimas composiciones instrumentales todavía dormirán grabadas en la memoria digital de su teclado. Que esta nota sirva como testimonio de amor, respeto y admiración a una alumna, amiga que aunque tuvo que partir nos dejó mucho de su hermosa esencia en su música y sus poemas. Gracias Mecha!